En las Jornadas de extensión en la UNAM
El miércoles 3 de septiembre estuvimos participando en las VIII Jornadas Nacionales de extensión universitaria, “Integrar las funciones para la interacción social.” Las mismas fueron organizadas por la UNAM (Universidad Nacional de Misiones) y la SPU (Secretaría de Políticas Universitarias) y auspiciadas por el Ministerio de Educación, el CIN (Consejo Universitario Nacional), y la Red de Extensión Universitaria. Unas jornadas que tuvieron como finalidad el intercambio de experiencias, y el debate en torno al lugar que tiene la extensión en la Universidad y el desarrollo de estrategias conjuntas tendientes a la jerarquización. Allí estuvieron los compañeros del equipo Esteban Rodríguez y Franco Pedersoli presentando un póster, compartiendo e intercambiando experiencias con otros miembros de equipos presentes de extensión universitaria.
Franco Pedersoli y Esteban Rodríguez en las Jornadas nacionales de extensión universitaria
Muestra de póster en el hall central del Rectorado en el campus de la UNAM
en LA VENTANA, radio Universidad
El miércoles 3 estuvimos también en el programa conducido por Alicia Rivas y Mariana Casales, “La Ventana”, que se emite todos los días por AM Radio Universidad, contando la experiencia y manifestando nuestra preocupación nuevamente por la tendencia a la criminalización de la protesta social en provincias como Santa Cruz, Formosa, Chaco, Río Negro, Neuquén, y Misiones.
Con el equipo de Investigación ESPACIO, COMUNICACION Y CULTURA de la UNAM
El jueves 4 estuvimos reunidos con el equipo de investigación “Espacio, Comunicación y Cultura” dirigido por la Lic. Elena Maidana. Nos contaron sus líneas de trabajo pero también nos informaron sobre los conflictos sociales generados por la construcción del complejo hidroeléctrico Yacyretá, su impacto en el medio ambiente, el espacio público y en la estructura social de Posadas. Yacyretá construida km abajo de la ciudad ha producido la elevación de las aguas y ha inundado la ribera donde se asentaban los barrios humildes de Posadas. Las obras de contención en la costanera generaron un vaciamiento del espacio público, permitiendo la erradicación de los asentamientos de la costa que se había emplazado en ese lugar no solo por la cercanía al centro de la ciudad, sino porque el intercambio con la ciudad de asunción, ubicada frente a Posadas, y la pesca, constituían estrategias de sobrevivencia diarias.
El resultado de aquellas obras fue la “fronterización” de la costa. Posadas dejó de ser un espacio de intercambio para ser un espació separado de Paraguay. El único contacto posible de ahora en más será el puente. De esa manera las autoridades de turno pueden regular el intercambio económico y cultural que definió a la región, pero también creo condiciones para la corrupción de las fuerzas de seguridad que custodian esa regulación en el puente. Como nos decía Elena, “acotar el intercambio al puente, es desandar una identidad cultural modelada a lo largo de décadas en torno al río.” El río no era un es espacio de desencuentro sino de encuentro, de diálogo. Las obras de contención de las aguas, al erradicar a la población ribereña, transformaron al río en un espacio de separación y desencuentro. La ciudad dio la espalda al río, sus vecinos ya no se puede bañar, navegar y pescar. Pero tampoco puede continuar realizando otros emprendimientos productivos, como por ejemplo, el de los olleros: la construcción de ladrillos. De ahora en más, solo cabe mirar el paisaje. El río se transformó en paisaje, creando las condiciones para el turismo de contemplación. El río se dispone para ser visto. Ahora bien, el uso estético del río creo también las condiciones para la especulación inmobiliaria que empieza a desalojar a los sectores medios, y pequeños propietarios, de la ribera.
Pero eso no es todo, además de elevar más de 5 metros las aguas del río, las mismas se estancaron. Hoy el río es un gran lago. Las aguas estancadas producen una serie de enfermedades y la muerte de los peces del río producto de unas algas que genera el estancamiento de sus aguas.
En el limite entre la ciudad y el campo, se pueden observar los barrios de los relocalizados
Las poblaciones ribereñas que estaban asentadas en la costa desde hace generaciones, que resolvían su sobrevivencia diaria con el río (pesca para vender o consumo familiar), pero que construyeron su identidad en torno al rió (pueblo de pescadores), fueron relocalizados en barrios que se construyeron en la periferia de la ciudad, lindando con el campo. Algunas de esas relocalizaciónes se encuentran a 17 km del río. Sus antiguos moradores ya no pueden acceder al río y al imposibilitarles de hecho no solo agravaron las desigualdades sociales (aumentó la pobreza y la desocupación), no solo fueron privados de sus medios de vida, sino que también fueron despojados de su identidad. Pero como si fuera poco, a los relocalizados nunca se les dieron el título de las viviendas, que fueron otorgados en comodato, carecen de equipamiento urbano, y tampoco recibieron nunca un seguro por desarraigo. Esta situación no fue vivida con resignación por parte de sus ocupantes. Numerosas organizaciones se crearon para resistir primero y hacer valer los derechos de los relocalizados después. La lucha continua. Hay demasiadas preguntas pendientes que esperan alguna respuesta. Yacyretá es un hecho consumado, pero su lucha es fundamental de cara a otros dos proyectos similares que el Estado prepara para la región: las represas de Garabí y Corpus que tendrán un impacto sociambiental similar a la ciudad de Posadas. En MONTECARLO con los TAREFEROS
El jueves 4 partimos a la ciudad de Montecarlo para conocer de cerca, desde bien adentro, de sus propios protagonistas, la problemática de los tareferos (los trabajadores de la yerba mate). Fuimos invitados por el Movimiento Social de Misiones que viene interviniendo en distintos conflictos sociales en esa región. Nos recibió Rubén “Paraguay” Ortiz, un destacado y reconocido militante, con varias causas pendientes en la justicia por corte de ruta, y que hace poco fuera arrancado de su casa delante de toda su familia por la gendarmería como en las peores épocas de la dictadura, para ser llevado a la prisión dispuesta por el juez como medida preventiva. La excarcelación llegó después de la lluvia de adhesiones que recibió de distintos militantes sociales y de derechos humanos de todo el país.
Rubén y los delegados de base de los tareferos de la zona nos contaron el conflicto en puerta con los contratistas que se quedaron con los aportes para realizar a la ANSES y con las autoridades de esta institución por los descuentos compulsivos de las asignaciones familiares y en algunos casos de la ayuda escolar que debían percibir los trabajadores rurales. Hoy, esos trabajadores, se han convertido en deudores de sumas que rondan los 40.000 pesos y se las ha inhibido el CUIL, es decir, son compelidos a trabajar de manera informal por el propio Estado como consecuencia del dinero apropiado por esos terceristas.
Para comprender este conflicto tenemos que volver sobre las “pasteras” de la zona, las empresas Alto Paraná y Piraí que terminaron haciendo implosionar el aparato productivo de la región, empobreciendo a los lugareños, aumentando la desocupación y la emigración. En efecto, las pasteras alentaron la concentración de la tierra y el monocultivo, es decir, el reemplazo de yerbatales y otros cultivos por el pino industrial. Para darnos una idea de lo que significan estos cambios en la estructura productiva tengamos en cuenta que si cada 1000 ha de yerba mate hay 160 trabajadores, cada 1000 ha de pino industrial trabajan 4,6 trabajadores. Esto explica la desocupación que llega a rondar el 50% en la región. La cosecha de yerba dura seis meses. Esto fue siempre así. Durante los meses de inter-cosecha, los tareferos realizaban otras tareas vinculadas a los yerbatales, o se dedicaban a otros cultivos. Pero el monocultivo los ha despojado de esos trabajos.
En este contexto los tareferos acordaban de buena fe con el contratista seguir aportando durante el período de la inter-cosecha, aunque no haya habido ninguna prestación laboral, a fin de tener garantizado una obra social y el cobro de las asignaciones familiares, haciendo changas y juntando la plata para el aporte que llevaban a los contadores para que no les cortasen la obra social ni el salario familiar. Años después los trabajadores rurales se enteran no sólo que esos aportes nunca se realizaron, sino que son deudores de sumas imposibles cumplir y que de llegar a ejecutarse pondrían en riesgo sus vidas y la de sus familias.
Por último agregar que no es casualidad –dicho sea de paso- que muchos de estos contratistas y los contadores, a través de las cuales se realizaban estos movimientos, sean importantes dirigentes de la zona. En efecto, ese dinero nunca depositado en la ANSES, constituye la “caja negra” de la política local de los partidos tradicionales, a través del cual financian sus campañas electorales.
Acompañamos, entonces, a los tareferos a una reunión pública en el Concejo Deliberante de la ciudad, donde peticionaron a los representantes para que se pongan al frente de la investigación de la corrupción que pone en riesgo el trabajo de los tareferos y amenaza con agravar las desigualdades sociales y la pobreza en la región.
Luego, en la sala de Conferencias de la Municipalidad de Montecarlo, presentamos el Manual de ddhh “El derecho a tener derechos”. La actividad fue organizada por el Movimiento Social de Misiones y además de contar con la participación de los delegados tareferos de la región, estuvieron delegados de ATE, y referentes de Compromiso con Las Bases, el Partido Obrero, Autoconvocados por la Educación Pública de Puerto Iguazú, etc.
Nuestro auditorio en a sala de conferencias de la Municipalidad de Montecarlo
En la Facultad de Humanidades de la UNAM, Posadas
El Viernes 5 estuvimos otra vez en Posadas presentando el Manual de ddhh “El derecho a tener derechos” en la Facultad de Humanidades de la UNAM. La actividad fue organizada por el equipo de investigación “Espacio, comunicación y cultura” y la CTA. Participaron una veintena de organizaciones que compartieron sus conflictos y sus luchas con nosotros. También proyectamos el documental “Marche preso”. Entre las organizaciones presentes estuvieron la Asamblea por los 1000 afectados por las represas de Yacyretá; los trabajadores Oleros de la localidad de Loreto; la Comisión barrial del barrio Santa Rosa; Asociación Barrios Unidos de El Brete; CTA; Agrupación estudiantil Muro; Federación Juvenil Comunista; CTD Aníbal Verón; Quebracho; Movimiento Social de Misiones; Partido Socialista; Colectivo de Artistas Cultura y Comunicación; Compromisos con las Bases, etc.
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