El 8 de mayo de 1987 fue la “Masacre de Ingeniero Budge”, en la que tres jóvenes: Agustín Olivera de 20 años, Oscar Aredes de 19 y Roberto Argañaraz de 24, fueron asesinados por efectivos de la policía bonaerense en una esquina de esa localidad de la provincia de Buenos Aires. Este hecho causó tal conmoción que movilizó al barrio y se generó organización para que el caso no quedara impune. La ejecución de los tres amigos popularizó la expresión “GATILLO FÁCIL”, para identificar un asesinato cometido por personal de las fuerzas de seguridad.
Estos y otros hechos de violencia ejercidos desde el poder motivaron que el Congreso de la Nación sancionara en enero de 2013 la Ley 26.811, que instituye el 8 de mayo como “Día Nacional de Lucha contra la Violencia Institucional”
La violencia policial es una de las formas de nombrar a la violencia institucional. Son prácticas ejercidas por las fuerzas de seguridad que abusan, violentan, y se realizan de manera discriminatoria. La violencia puede ser física o psicológica. No son hechos aislados, no son errores ni excesos de las policías. Son prácticas que se repiten y terminan siendo parte del quehacer informal de la institución.
Después de décadas de violencia, como
consecuencia de la dictadura cívico-militar y el neoliberalismo, esa violencia
forma parte de la institución policial. Muchas veces estas prácticas
institucionales violentas parecen naturales y ni siquiera las víctimas de esa
violencia suelen identificarla como momentos agresivos, donde se abusa y se
discrimina. Por el contrario, suele verse como normal, como parte de la vida de
todos los días.
LA VIOLENCIA POLICIAL se pone notoriamente en evidencia en los casos de gatillo fácil, pero hay que buscarla también en las demoras por averiguación de identidad sin motivos. Desde el momento que las personas objeto de la detención son siempre las mismas (en su gran mayoría jóvenes de barrios pobres) se convierten en mecanismos de control y discriminación.
Otras prácticas violentas, muchas veces iniciada con una simple demora en la calle para pedirte los documentos, son: La PERSECUCIÓN Y HOSTIGAMIENTO, el MALTRATO Y DESTRATO, el “PASEO” EN PATRULLERO para amenazarte, las DEMORAS EXTORSIVAS EN LAS COMISARÍAS, las COIMAS, LAS PALIZAS Y TORTURAS, EL ARMADO DE CAUSAS, y las desapariciones.
LA VIOLENCIA POLICIAL se pone notoriamente en evidencia en los casos de gatillo fácil, pero hay que buscarla también en las demoras por averiguación de identidad sin motivos. Desde el momento que las personas objeto de la detención son siempre las mismas (en su gran mayoría jóvenes de barrios pobres) se convierten en mecanismos de control y discriminación.
Otras prácticas violentas, muchas veces iniciada con una simple demora en la calle para pedirte los documentos, son: La PERSECUCIÓN Y HOSTIGAMIENTO, el MALTRATO Y DESTRATO, el “PASEO” EN PATRULLERO para amenazarte, las DEMORAS EXTORSIVAS EN LAS COMISARÍAS, las COIMAS, LAS PALIZAS Y TORTURAS, EL ARMADO DE CAUSAS, y las desapariciones.
Spot de la Campaña contra la violencia institucional
Contra la Pared!!
En ocasión con el día nacional contra la violencia institucional, el Derecho a tener Derechos y el CIAJ, comparten una serie de cortos documentales sobre la violencia policial, donde se aborda ¿Cómo funciona la policía? ¿Por qué la policía detiene a jóvenes? y Estrategias contra la criminalización.
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