Compañeros del Programa de extensión “El Derecho a tener derechos” viajamos a Colombia a presentar el Manual y realizar talleres en la Universidad Surcolombiana de Neiva, capital del departamento del Huila. También estuvimos en Bogotá donde nos entrevistamos con organismos de derechos humanos. William Torres, Director de la Maestría en “Conflicto, Territorio y Cultura”, fue el impulsor de este intercambio que promete continuidad.
En el mes de diciembre del 2009, cuando la vida universitaria entraba en su etapa final, tres integrantes del Programa de extensión de la UNLP, “El derecho a tener derechos”, miembros del Colectivo de Investigación y Acción Jurídica (CIAJ), viajamos hasta Colombia a presentar y trabajar sobre la experiencia que se viene desarrollando desde hace cinco años en Argentina. En Neiva realizamos tres jornadas de talleres y una conferencia en Universidad Surcolombiana. A su vez, compartimos una charla junto a Familiares de detenidos desaparecidos de Colombia (ASFADDES) en la misma Universidad. Mantuvimos un encuentro con el Sindicato de Docentes Universitarios. Y visitamos la Escuela Popular de la Comuna 8 de Neiva. En la ciudad de Bogotá, nos reunimos con HIJOS Colombia, con el Instituto Latinoamericano de Servicios Legales Alternativos (ILSA), con el Centro Regional de Derechos Humanos y Justicia de Género HUMANAS y con la compañera abogada Iris Lacalle. Fueron diez días donde conocimos a distintos grupos sociales que desde sus lugares, luchan y creen en una Colombia diferente.
Charla en el Agora de la Universidad Surcolombiana sobre Derechos Humanos y Memoria
Charla “Derechos Humanos y Memoria”
La primera intervención en tierra colombiana fue en el marco de una Charla organizada por la Central Única de Trabajadores (CUT) en la Universidad Surcolombiana. La Asociación de Familiares de Detenidos y Desaparecidos (Asfaddes), a través de su representante Gloria Gómez, remarcó la importancia de luchar por la “memoria de los miles de desaparecidos y asesinados por paramilitares y por el ejército del Estado Colombiano”. Nosotros compartimos un breve diagnóstico acerca de la situación de los juicios a los militares responsables del genocidio ocurrido en la última dictadura militar. Y comentamos los escraches de la agrupación HIJOS explicando el sentido que adquiere simbólicamente en la sociedad, una justicia popular que marca y señala en el barrio a aquellos militares que cometieron delitos de lesa humanidad y que hoy, muchos de ellos, mantienen prisión domiciliaria o están alojados en alguna cárcel de los propios militares. Pero también los escraches como una práctica comunitaria de construir memoria, de conjurar el olvido y la banalidad social.
Conferencia de Esteban Rodríguez en el aula magna de la Universidad Surcolombiana sobre "El derecho a la protesta social"
Los Talleres y la conferencia
El desafío en Colombia fue trabajar en el marco de un curso de talleres intensivos con el objetivo de replicar la experiencia argentina y vincularla a la coyuntura colombiana. Para semejante desafío, se trabajó en cuatro encuentros donde se abordaron pedagógicamente metodologías de investigación e intervención social, categorías para identificar situaciones problemáticas, derechos humanos, actores sociales y contexto. A su vez, se reflexionó acerca de las nociones y alcances de la extensión universitaria tanto en Argentina como en Colombia. En estos talleres también se abordaron matrices para pensar estrategias desde la extensión universitaria en vínculo con organizaciones sociales. Y además, se reconstruyó el trabajo previo de nuestra experiencia que desembocó en la elaboración del Manual. El trabajo sobre la concepción del derecho a la protesta social como el primer derecho y la reconstrucción del manual y de su matriz dialéctica, que tiene como punto de partida la situación real de los sectores más desprotegidos, tuvo como objetivo iniciar un trabajo para elaborar un manual aplicado a la situación colombiana.
En los talleres surgieron muchas problemáticas. Entre ellas, el problema de los campesinos desplazados de sus tierras en zonas rurales fue una de las situaciones más resaltadas. Son miles de familias que deben dejar forzadamente sus hogares e “invaden” (ocupan o toman) tierras en las periferias de las grandes ciudades para poder vivir. Al desarraigo que acompaña a los desplazados (campesinos que se van a vivir a una ciudad, campesinos de Medellin que se van Huila) se le suman los estigmas a través de los cuales los lugareños toman distancia y se los discrimina.
También se abordó el conflicto político militar entre el Gobierno de Colombia y las Farc, entre las Farc y los Paramilitares, entre estos y el gobierno, son algunas de las causas de estos desplazamientos. A su vez, surgieron temas referidos a las problemáticas de los jóvenes que residen en las comunas periféricas, la violencia política, los miles de desaparecidos y asesinatos políticos, el trabajo infantil, el hostigamiento policial, la militarización, el desempleo, entre otros.
La discusión acerca de la extensión, llamada en Colombia “Proyección social”, recayó en la necesidad de no entender la extensión como servicios a terceros. La extensión en la Surcolombiana no tiene jerarquía y según los estudiantes de maestría y de grado, la “proyección social” necesitan recuperar su espíritu comunitario, como alguna vez lo tuvo. Entre paréntesis, celebramos que una Maestría contemple como trabajo de tesis no solo la investigación sino la extensión universitaria. De esa manera la universidad aporta una serie “paraguas” a los trabajos territoriales que se mantienen en un contexto de fuerte represión y persecución estatal.
Otro de los momentos ricos de los talleres fue la instancia dedicada a pensar en estrategias de intervención desde la Universidad para transformar las situaciones problemáticas reconocidas. Los compañeros colombianos plantearon una diversidad de proyectos y actividades para generarlos desde sus espacios. El trabajo en las comunas con actores sociales, la realización de diagnósticos comunitarios, la intervención desde la comunicación comunitaria, lo jurídico, lo político, el arte y desde la educación popular enmarcaron un itinerario de variadas propuestas que podrán retomar durante este año.
El último taller estuvo dedicado al trabajo sobre el Manual. Trabajamos sobre la matriz dialéctica que supone reconocer situaciones problemáticas y los sectores sociales que las padecen, identificar qué derechos se están vulnerando y cuáles son las respuestas del estado y de otros actores de la sociedad civil. Y al mismo tiempo, pensar en estrategias, en qué hacer para transformar la realidad social. Este trabajo nos permitió recuperar el trabajo de los talleres previos y la tarea fue construir piezas de un fututo manual donde pedagógicamente se aborden problemáticas de derechos humanos a partir de una construcción dialéctica. Este taller culminó con una dramatización de las situaciones planteadas donde los talleristas, entre risas y actores improvisados, llenaron de alegría el espacio de educación.
El último encuentro la realizamos en la oficina de la Maestría con William Torres y los maestrandos quienes nos contaron sus proyectos de tesis e intercambiamos propuestas para enriquecer sus trabajos y los nuestros. Quedó la propuesta en pie, la de elaborar un Manual allá en Colombia.
En los talleres se proyectaron dos videos, uno sobre la experiencia de los talleres de derechos realizados en el año 2006 y otro relacionado al curso de promotores de salud llevado adelante en el 2008 y 2009. El documental Marche Preso, la criminalización de la protesta social fue proyecto en el marco de la conferencia que dictamos en el auditorio de la Universidad junto a un centenar de estudiantes y docentes universitarios.
Un destacado espacial fue la participación activa en los talleres del Director de la Maestría William Torres, y la Jefa de la Carrera de Comunicación Social Jacquelin García, quienes se pusieron a la par de sus estudiantes de maestría y de grado, y colaboraron en cada oportunidad que se los requería. También es para mencionar, las ricas viandas que amortiguaban el calor y la energía puesta en estos talleres.
La evaluación de los talleres fue positiva, donde se remarcó las ideas clave como “no hay derechos sin organización social”, “los derechos se tienen cuando se los ejerce”, “el punto de partida es la situación problemática”, y “el abordaje de los derechos se efectiviza de manera colectiva”.
Conferencia de Franco Pedersoli en el aula magna de la Universidad Surcolombiana
Franco Perdersoli entrevistado por medios locales
Esteban Rodríguez en los talleres
Gabriel Appella en los Talleres
Franco Pedersoli en los Talleres
Trabajando en los talleres
Proyección del documental "Marche preso"
Representación de los talleristas
Reunidos en la oficina de William
Con William Fernando Torres
Los talleristas y nosotros
Reunión con ASPU
Con los compañeros sindicalistas docentes
En Neiva también, estuvimos con los compañeros de la Asociación Sindical de Profesores Universitario de Huila, que nos contaron las persecuciones por parte del gobierno y de grupos paramilitares que están operando al interior de la Universidad. Estos últimos, al mejor estilo Tiple A en Argentina, confeccionan listas negras de docentes, alumnos y graduados para que abandonen la Universidad, caso contrario “toman medidas”. Nos contaban también cómo, en los últimos años, el gobierno les ha endosado a cada Universidad, para que se haga carga con el mismo presupuesto, de las cajas de jubilaciones y pensiones, lo que significó una reducción considerable de los recursos para sostener la educación universitaria. Ello llevó no sólo a que varias universidades establezcan cupos y aumenten los aranceles, sino a tener que vender servicios a terceros, es decir, a priorizar aquellas carreras que aportan mayores recursos para el sostenimiento de la Universidad en detrimento de aquellas otras que, por las particularidades de la disciplina (las humanistas por ejemplo) no tiene mayores posibilidades de vender servicios a terceros.
Con Iris Marin Ortiz
Visita a la Escuela Popular “Claretiana”
Docentes de una escuela enclavada en el medio de la Comuna 8 situada en la periferia de Neiva, habitada en su gran mayoría por familias campesinas desplazadas del sur del Huila, nos invitaron a conocer una experiencia de educación popular iniciada en los años 80. Esta escuela nació como iniciativa de un grupo de mujeres y fue construida comunitariamente por residentes de la Comuna el Barrio los Alpes y hoy está reconocida por el Estado colombiano. Allí las clases son diferentes, se enseña las distintas materias a través de la vida cotidiana de los niños. Niños que, en varias ocasiones, son acompañados por sus padres para compartir actividades de educación popular. Ellos, los padres, también tienen espacios de formación en la escuela a contraturno.
La escuela es el centro de referencia de la comunidad. Tienen una ventaja, fue construida ladrillo por ladrillo por los vecinos del barrio. Las docentes nos contaban que trabajan sobre la identidad del barrio y que tienen como proyecto montar una radio educativa infantil en la escuela.
En Bogotá, encuentro con ILSA
El Instituto Latinoamericano de Servicios Legales Alternativos (ILSA) nos recibió en su sede de Bogotá para compartir ambas experiencias. Manual de por medio, Jorge Enrique Carvajal Martínez, uno de sus directivos ejecutivos, nos relató la experiencia de esta organización que trabaja en la investigación, promoción, educación y comunicación sobre temáticas de derechos humanos. Entre ellas, litigio internacional, derecho y cambio social, medio ambiente, derecho y participación social, derechos económicos, sociales y culturales, incidencia en políticas públicas, migraciones y desplazamientos forzados, derechos de la mujer, conflicto armado, ayuda humanitaria a los desplazados, tierra y vivienda, “el derecho al retorno de los desplazados”. Estas temáticas son abordadas a través de la investigación, en vínculos con organizaciones sociales, a través de la capacitación y el empoderamiento para la incidencia en políticas públicas, trabajando con estudiantes universitarios en consultorios jurídicos gratuitos en la comunidad.
ILSA, con más de 30 años de trayectoria, genera planes trianuales para abordar en profanidad las problemáticas vinculadas a los derechos humanos de los sectores en situación de vulnerabilidad social de Colombia. Esta organización nos planteó que en su país existe muchas violaciones a los derechos civiles y políticos y que gran parte de la sociedad, está aceptando un gobierno de corte dictatorial. La llamada “seguridad democrática” que está destinada a aniquilar a las guerrillas principalmente, tiene como telón de fondo un imaginario del olvido de aquellos crímenes cometidos por el Estado y por grupos paramilitares; una sociedad que otorga carta blanca para que el país esté militarizado, con una fuerte presencia de los militares en las zonas periféricas de las grandes ciudades; un imaginario social alimentado por las continuos fracasos de anteriores gobiernos que prometieron la paz, negociaron con los grupos insurgentes y al mismo tiempo, los traicionaba firmando el Plan Colombia, abriendo las puertas a las bases militares norteamericanas.
Con HIJOS Colombia
Camilo, uno de los fundadores de HIJOS, agrupación de militantes y de hijos de desaparecidos y asesinados por el Ejército y los Paramilitares, nos recibió en Bogotá. Le entregamos material de HIJOS La Plata y el Manual y en un bar del Barrio la Candelaria, Camilo nos relató minuciosamente el contexto político colombiano que dio origen a esta agrupación.
Camilo hizo un recorrido histórico comenzado por las resistencias de los campesinos del Tolima, aquellos que habitaron la llamada “República del Marquetalia”. En esta zona, el ejército no podía entrar porque se conformaron grupos de campesinos liberales y comunistas liderados por Manuel Marulanda y Jacobo Arenas. Fue el comienzo de las FARC en los 60. También en esos años se formaron el Ejército de Liberación Nacional (ELN) liderada por Camilo Torres, el Movimiento 19 de Abril (M19) y el Ejército Popular de Liberación (EPL), entre otros. Desde el 60, comenta Camilo, existieron muchas guerrillas en Colombia que en el año 89 se desmovilizaron, salvo las FARC y el ELN. Las demandas de estos grupos fueron la reforma agraria, la democratización de la política, la elección popular de los alcaldes y gobernadores, salud y educación. Cabe recordar que hasta la reforma de la Constitución colombiana en el año 1991, los ciudadanos sólo elegían presidente y este, una vez en el poder, elegía a los alcaldes y a los gobernadores.
En el período de desmovilización de las fuerza guerrilleras, tras varios acuerdos con distintos presidentes, entre ellos Baco Vargas y Belisario Betancur (Acuerdos de la Uribe), los grupos guerrilleros formaron sus partidos políticos para participar de la arena política. Así nacieron la Unión Patriótica de las FARC, A Luchar del ELN y la Alianza Democrática del M19, entro otros partidos. Pero estos “acuerdos” fueron resistidos por grupos de militares, de latifundistas, de la burguesía, terratenientes, narcotraficantes, paramilitares, y en esta época, comenzó uno de los genocidios más importantes de Latinoamérica. Más de 4000 militantes de la UP fueron asesinados, y cerca de 1200 del brazo político del ELN. La historia del extermino de la UP y de los otros partidos políticos formados en aquellos años, generó, entre otras experiencias, la lucha de la Agrupación HIJOS que actualmente lucha por la reparación, por los autores materiales y políticos del genocidio, por la verdad acerca de las tierras apropiadas a los campesinos, por el rechazo al concepto de la autodefensa y por la memoria colectiva de aquellos hombres y mujeres que lucharon por una Colombia muy distinta a las que viven actualmente.
Camilo nos siguió contando la historia reciente, la responsabilidad de Uribe en la creación de los grupos paramilitares, quienes antes de su conformación como tales, fueron grupos armados legales –auto defensa civiles- que custodiaban las estancias y tierras de los terratenientes colombianos. Capítulo aparte merece la problemática de los paramilitares, de sus ejércitos contrainsurgentes, de la vinculación con el narcotráfico, y de las alianzas con el ejército colombiano responsables de masacres a comunidad rurales, y de la participación de los paramilitares en el extermino a la UP y otras fuerzas sociales de Colombia.
Los procesos de Paz, el Gobierno de Pastrana, la actual Ley de Justicia y Paz que proclama la desmovilización de los grupos armados paramilitares, la propia desmovilización de algunos de estos grupos, la no entrega de las tierras despojadas a los campesinos, el no trabajo sobre la memoria, las persecuciones políticas, el hostigamiento policial y los asesinatos políticos actuales, y la problemática de los miles de desplazados, fueron los temas que seguimos compartiendo con el militante de HIJOS en un encuentro inolvidable.