8 jul 2009

Jornada de educación popular por los derechos frente a la violencia policial y en memoria de Darío y Maxi

Informe: Gabriel Appella


El sábado 20 de junio, una multitud de jóvenes de barrios periféricos de La Plata y Berisso, militantes sociales del Frente Popular Darío Santillán (FPDS) y compañeros del equipo del Programa de extensión universitaria “El derecho a tener derechos” protagonizaron un encuentro en el Centro Social Olga Vazquez con un doble objetivo: trabajar los derechos frente a la violencia policial y problematizar en torno al 26 de junio de 2002, fecha en la que Darío y Maxi, militantes del MTD Anibal Verón, fueron asesinados por fuerzas policiales durante una represión planificada.


Una de las líneas de gestión del programa de extensión es el trabajo conjunto con organizaciones sociales en temáticas de derechos humanos. En esta jornada particular algunos de los ejes que se abordaron fueron la violencia policial, los derechos y las estrategias para hacer frente a esa violencia. Desde la construcción de espacios no formales y la labor en grupo se trabajo junto a más de 80 jóvenes que participan en distintos proyectos adolescentes del FPDS, como carpintería, cine, construcción, textil, entre otros. Desde el programa creemos necesario que el Manual de derechos humanos debe ser puesto en juego en espacios participativos para así multiplicar los contenidos del mismo, para socializarlos y ponerlos en relación con la vida cotidiana de los sectores populares.




La apertura de la jornada se generó a través de una intervención de teatro popular, donde se dramatizaron algunas situaciones problemáticas abordadas en el Manual en relación al hostigamiento que la policía realiza a los jóvenes de las barriadas. Las reiteradas demoras en la vía pública y la detención por averiguación de identidad, el cacheo y la requisa, el robo de documentos, y las fotografías en las comisarías fueron las situaciones que los compañeros pusieron en escena interpelando la vida cotidiana de muchos de los jóvenes que estaban presentes en el lugar.


Posteriormente se trabajó en grupos para reflexionar sobre las diferentes situaciones de violencia policial que acontecen en los barrios. En reiteradas oportunidades surgió el hostigamiento a los jóvenes, las privaciones ilegítimas de la libertad, el cacheo de personal policial masculino a las mujeres. También aparecieron las contradicciones propias de un sentido común marcado por discursos hegemónicos relacionados a que la policía tiene cheque en blanco cuando “alguien hizo algo”, a que los jóvenes no tienen derecho “cuando bardean”. Además los jóvenes marcaron que solos frente a la policía no pueden hacer nada, “porque nos conocen, saben quiénes somos”, y el temor a las represalias es un sentido compartido por varios de los chicos que estuvieron presentes en la jornada.


También se hizo un recorrido por los derechos que se tienen (en la Constitución, en las Convenciones, etc.) y qué podemos hacer para enfrentar la violencia policial. No firmar nada en la comisaría o poner “apelo”, las mujeres no dejarse revisar por policías hombres, hacer denuncias en fiscalías cuando golpean a los chicos, avisar a los referentes barriales cuando la policía detiene a los jóvenes, anotar el número de patrullero que se lleva detenido a una persona, llamar a la comisaría para hacerle saber a los policías que tienen a nuestro compañero, llamar al 911 para blanquear una detención y así tener registro de cuando y por qué se los llevaron para evitar demoras en la recuperación de la libertad. Tener el registro de la detención –las posibles causas- para enfrentar judicialmente posibles armados de causas. Y por sobre todo, enfrentar las situaciones de violencia policial desde la organización social. El lugar que asume la organización se vuelve fundamental a la hora de hacer valer los derechos para poner u freno al hostigamiento sistemático de las fuerzas represivas. La presencia activa de las organizaciones otorga a los militantes sociales el respaldo y acompañamiento necesario para continuar la lucha, la participación necesaria frente a los derechos negados.


Durante la segunda parte de la jornada se trabajó el tema del 26 de junio de 2002 organizada por militantes del Frente Popular Darío Santillán. Se propuso a los jóvenes recorrer cuatro postas donde se recreaban: la organización en los barrios previa al 26 de junio de 2002 donde se remarcó el trabajo que hacía Darío en un espacio productivo, las reuniones y asambleas, la lucha en las calles y rutas; otra posta reconstruyó el corte del Puente Pueyrredon y a través de videos se mostró la masacre por parte de las fuerzas policiales; la posta que le siguió fue el juicio a Fancchioti y Acosta, la sentencia a los responsables materiales y el reclamo por juicio y castigo de los responsables políticos. Por último, se montó dentro del aula donde funciona el Bachillerato Popular, un espacio que simbolizaba la estación de Darío y Maxi (Ex Avellaneda), donde a través de la lucha se recupera la Memoria de luchadores sociales que militaban por el cambio social.


¡Darío y Maxi no están solos!

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